Here in my mind...

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Si el mar fuera una enorme naranjada yo probaría media cucharada, pero como es de avena lo dejo allí en la arena, porque la sopa no me gusta nada. [M.E.Walsh]

miércoles, 23 de marzo de 2005

Coulda, Woulda, Shoulda...

Hoy tenía planeado ir a la facultad a cursar la primera clase de dos materias optativas, para terminar de decidir con cual quedarme, porque no estaba segura. Pero cuando se fue haciendo la hora de irme, cada vez tenía menos ganas de hacerlo. Y me agarró el típico diálogo conmigo misma de "¿Que hago? Anda, sabés que es lo que debes hacer. Sí, pero no tengo ganas, es taaaan al pedo pasar cuatro horas de mi tarde llendo a la facu cuando se que existe un 90% de probabilidades de que termine eligiendo Optimización, voy a la hora de esa y listo, me ahorro la mitad del tiempo. Pero no estás segura, entonces lo correcto es ir. Si, perooooo..."
Luego, inconcientemente a propósito, dejé pasar la hora y cuando miré nuevamente el reloj, ya debería estar lléndome. Y por supuesto, al pensar "y bueno, es tarde, ya fue" me agarró un ataque de culpa tremendo. Conclusión, deje de lado los diálogos internos, porque nunca me iba a decidir, me apuré y llegué 15 minutos tarde, pero fuí a las dos clases. Le hice caso a la culpa...

Pero mientras iba en el colectivo me puse a pensar que, con ejemplos diferentes, al menos una vez por día existe en mí esa batalla interna entre lo que debería hacer (y notar que no digo TENGO que hacer, digo DEBO, todo el tiempo estoy asignándole a las cosas calidad de obligaciones) y lo que en el fondo tengo ganas de estar haciendo. Y, como en los dibujitos animados, tengo un angelito en un hombro que me repite en tono de reproche que sea responsable, que me hace sentir culpable; y un diablito en el otro que me dice con tono de puchero "sí, pero no tengo gaaaanas".
Y si un día me doy el gusto, y mando todo al carajo y por ejemplo no estudio nada para el final que estoy preparando, esa sensación de culpa no me va a abandonar completamente en ningún momento. Y al día siguiente voy a tener el doble de ganas de no hacer nada tal vez porque justamente la sensación de culpa es el doble de grande.

Aqui es la parte en la que tendría que poner la conclusión a la que llegué, la moraleja, no se, el final de la historia. Pero, para ser honesta, no tengo idea de cual es la opción a seguir. Tal vez dependa del caso, tal vez de la persona. Yo, por mi parte, en general creo que elijo ser responsable. Quizas porque en el fondo quiero cumplirlas, o quizas simplemente porque la sensación de culpa de no hacerlo no me la sacudo nunca, y al final no disfruto tampoco de hacer lo que tenía tantas ganas. Pero muchas cosas las dejo para después, así que no se. Tal vez descubrir que es lo correcto dependa del momento, de lo que hicimos antes, de quien somos, y de quien queremos llegar a ser.

Pero la mayoría de las veces, solo desearía que existiera una tercera opción, en la que yo pudiera ahogar a esas vocecitas, matar de la forma más violenta a ese angelito y ese demonio en cada hombro y vivir tranquila en mi propia mente.


P/D: Al final, fuí a las dos materias, y sigo sin decidir con cual me quedo, snifff

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