Here in my mind...

You know you might find something that you, you thought you once knew... I'm free to be Whatever I choose

Mi foto
Nombre: Is
Ubicación: Argentina

Si el mar fuera una enorme naranjada yo probaría media cucharada, pero como es de avena lo dejo allí en la arena, porque la sopa no me gusta nada. [M.E.Walsh]

martes, 21 de junio de 2005

Mis Animalitos (A Love Story...)

Crecí leyendo una y otra vez los cuentos de la colección Mis Animalitos. Los adoraba, tenía casi todos los títulos publicados hasta ese momento, y aún conservo gran cantidad de ellos. Mi mamá me ha contado como con sólo dos años, ella me despertaba, me daba la leche, y me dejaba en la cuna mirandolos. Y yo podia estar entretenida con eso por horas, emocionadisima. Eran de hojas blandas, y jamas rompi una sola.

Ahora, de mas grande, conservo en mi corazon el recuerdo de esas libros que tanto amaba, y de algunos en especial que eran mis preferidos, como GALOPITO, el petisito contento. Y muchas veces le leo a Sofi esos mismos cuentos disfrutandolos con ella (todavia conservo en mi biblioteca gran cantidad). Y así, estaba hace un par de horas leyendole uno de los nuevos de esa colección: "VACAS VAQUERAS ¡Qué aventura!" cuando, al terminarlo, descubrí en la lista de títulos publicados que habían sido remplazados los cuentos del número 825 al 832 inclusive con historias de Disney.

Los títulos desaparecidos son los siguientes:
825 MICKEY, el tío misterioso
826 DONALD, el valiente marinero
827 DIPPY se da un banquete
828 COLITA va a la escuela
829 BONGO tiene una sombrilla
830 JUAN GRILLO no puede dormir
831 PI y OLIN contra el oso Nicanor
832 PLUTO, el perro sabio

Y ¡Ojo! No me quejo de esas nuevas historias, amo Disney, y la mayoria de las historias con que los reemplazaron fueron de mis peliculas de Disney favoritas (tengo el video de mas de una). Pero me indigna descubrir que cuentos tan hermosos como "DIPPY se da un banquete" hayan desaparecido cuando aun hoy, uso la frase "quiero comer algo rico, dulce y crocante" salida de ese librito.

Creo que si van a continuar re-imprimiendo una colección, y agregarle más títulos, resulta primordial respetar los titulos originales. Y si por alguna razón deciden no editar alguno de ellos, ese número debería quedar en deshuso; y no como fue hecho cambiar, por ejemplo el número 830 correspondiente a "PI Y OLIN contra el oso Nicanor" por "La Bella y la Bestia".

Pienso que es una falta de respeto para todos aquelos que crecimos leyendo estos hermosos cuentos, que los atesoramos con cariño, y que pensábamos leérselos a nuestros propios hijos.

De todos ellos, el único que no estoy segura si lo tuve es el 832, y todavía conservo al menos 5. Amaria poder verlos re-editados nuevamente, y sino al menos que se reconozca su existencia y el valor que tuvieron para personas de mi generación, y no en cambio que se los ignore y desprecie utilizando sus números para nuevos títulos, como si nunca hubieran existido.

Acabo de enviar una queja a Editoriales Sigmar diciéndoles más o menos eso, aunque soy bastante conciente de que no va a significar nada para ellos, pero sentía que necesitaba expresar mi voz al respecto. Y por eso mismo escribo de eso acá. Porque con sólo una persona que lo lea y lo comente, que comparta mi indignación, podré sentir que mis libritos adorados no fueron completamente ignorados.

viernes, 17 de junio de 2005

Zapatilla de Goma, el que no se escondió, se embroma! (Punto y Coma)

De chiquita, y como todos los chicos, amaba Las Escondidas. Amaba esa sensación de espectativa, mientras esperás que te encuentren, esa alegría intoxicante cuando estás convencido que tu escondite es perfecto, y que nunca te encontrarán. Tanto que tenés ganas de gritar ¡Miren que buen escondite! y arruinarlo. De adrenalina cuando la persona que busca está cerca tuyo, o cuando vas corriendo hacia la meta.

Con el tiempo fuí descubriendo que en realidad, me parecía una mierda. Las esperas eran monótonas, correr cuando me encontraran daba fiaca, y la mayoría de los escondites eran taaan obvios, que aquel que buscaba te iba a ver sin siquiera intentarlo, y los dos o tres buenos los tenía re ubicados, y solo era cuestión de buscarte alli y listo.

Basándome en esa idea es que desde hace años impuse una regla a Sofi: "Isabel juega a cualquier cosa, MENOS Las Escondidas". Lo cual es mentira porque muchas muchas veces estoy ocupada y no juego a nada, pero la idea era (como terminó sucediendo) que con el tiempo dejara siquiera de pedirme jugar a las escondidas.

Sin embargo, hace un par de semanas, cuando estábamos en la sala de espera del juzgado tratando de pensar en ¿a que jugar? (ya habiamos dibujado tantas cosas!!!) fui yo misma la que le propuse jugar a Las Escondidas. Y, para mi sorpresa, encontré que me estaba divirtiendo. Claro, no estaba enfoncándome en entretenerme yo, sino a ella, dejándola ganar. Y de repente noté muchos chicos nos miraban con envidia, con ganas de jugar, (y de tener esa tranquilidad que tenía Sofi en ese momento a pesar de tener que entrar a hablar con La Jueza en unos minutos) y que yo misma lo estaba disfrutando.

Tal vez fuera por la situación especial, tal vez por el tiempo que hacía que no jugaba, tal vez simplemente mi opinión este equivocada y no sea un juego tan malo después de todo. De cualquier manera, la regla no cambia!

martes, 7 de junio de 2005

¿Quién sabe?

¿Nunca quisiste mandar el mundo entero al infierno?

¿Nunca miraste a tu alrededor, en un mal mal día, sólo queriendo gritar para sacarte toda la mierda de adentro, sólo para descubrir que no existía nadie a quien contárselo?

¿Qué pasa por tu mente cuando aquellos a quienes más éstima les tenés, y hasta admirás en algunos sentidos, utilizan aquello que más te duele de vos mismo, tu mayor complejo, como razón para alejarse de vos?

¿Y cuándo la gente en lugar de tratar de ponerse en tu lugar, de preguntarte que te pasa, decide que prefiere quedarse con su visión de las cosas aun después de que les explicaste lo contrario?

¿Qué hacer cuando todo lo que quisieras en la vida es cambiar ese algo de vos mismo, pero hace más de 15 años que lo intentás, y no sabes cómo, y cuando el convencimiento de que nunca lo vas a lograr juega en tu contra?

¿Y cuándo todo lo que querés es dormir, dormir y que el día acabe de una vez, dormir y que mañana nunca llegue, pero sabés perfectamente (como si te conocieras...) que el insomnio y tu cabeza maquinadoramente asfixiante te van a tener despierto por horas?

¿Quién entendería que te sentís nuevamente de 17 años, las mismas broncas, los mismos miedos, el mismo odio a vos mismo, las mismas ganas de ahogar tu cabeza en televisión, casi como si el tiempo no hubiera pasado; y la impotencia de saber que te habías prometido no permitírtelo más?

¿A dónde correr cuando la luz te lastima, pero te da miedo la oscuridad; cuando sólo querés que el mundo se calle, que todos te dejen tranquilo, pero te aterroriza quedarte solo?