De pequeña adoraba las vaquitas de San Antonio, me encantaba encontrarlas en las plantas de mi mamá (que siempre tuvo muuuchas plantas y las cuido terriblemente) y pasar mucho rato subiendo y bajando la mano, para que la vaquita caminara siempre hacia arriba, sin quedarse sin camino (porque sino, se volaba).
Hace poco supe que son carnivoras. Sisi, se alimentan de otros bichitos, y no como yo imaginaba en esa epoca, de las mismas plantitas donde yo las encontraba. Esta bien, come bichitos, no iba a jamas morder mi mano, pero aun asi es un poquito escalofriante imaginarlo, jugar con un animal que come otros animales. Y al mismo tiempo no, todos tenemos perros y gatos, y no comen verduras precisamente... Sin embargo, nuestra cabeza esta acostumbrada a la idea de que perros y gatos son carnivoros, pero no a la de las vaquitas. Son VACAS, por Dios, su nombre nos hace pensar en hervivoros!
Igual, me fui de tema. Queria hablar de las cosas que amaba de chiquita. Y otra cosa que entra bastante en la misma categoria de cosas de la naturaleza re normales pero con las que podia pasar muuucho rato embelezada eran los conejitos (o boca de dragon). Nombre cientifico: Antirrhinum majus. Muchas flores me maravillaban mas, como la Corona de Novia, los Jacarandas en noviembre llenos de violeta, pero apretar los conejitos con mucho cuidado y verlos tirarme besitos una y otra vez, era increible. Podia ser ultra cuidadosa, pero terminaban destruidos de tanto apretarlos, pobrecitos.
De estos no me entere que fueran carnivoros ni nada, juaja, pero si creo que los vi recientemente en la pelicula Coraline, y asi volvieron a mi memoria, mientras le contaba sobre ellos a Sofi. Y hoy, buscando un florero (siiii, para mi casita nueva), no pude evitar comprarme una plantita de ellos en un bazar que los tenia. Loco como funciona la vida, no habia pensado en conejitos en mas de 15 años, y de repente en pocos dias no solo los recuerdo, me compro mi primera plantita.
Loco como la niñez nos marca, en cosas grandes y chiquitas.