Singing in the Rain
Mientras todo Buenos Aires espera ansioso la lluvia, que traiga un poco menos de calor, algo de frescura, yo solo quería mojarme entera. Solo quería recuperar la lluvia.
Algunas veces es una canción, un lugar, un vestido. Algo que nos gustaba mucho pero ahora trae recuerdos que preferimos no pensar. De algunas cosas nos deshacemos, van a parar a un cajón y ya, pero otras duele perderlas. Y si lo dejamos, podríamos perder todo, todo podría recordarnos otro tiempo. Da bronca cada cosa que amábamos y elegimos perderla por luego haberla rodeado de historias que preferimos no recordar, y da miedo dejarse escurrir por esas elecciones.
Hoy había decidido bajar del colectivo y no abrir el paraguas, dejarlo en la cartera. Mojarme entera, caminar las 6 cuadras a casa bajo la lluvia que estaba comenzando a mitad de camino de casa y recuperar ese olor a lluvia que me encanta. Esa frescura cuando no me molesta que me moje, ese escucharla cuando quiero dormir y que simplemente me relaje, los recuerdos de esa vez que me mojé volviendo de la heladería con Juan y Eliana, y otros tantos de los que producen ternura, que no duelen. Pero la lluvia no vino aún, llovizno un poquito y se quedó ahí.
Espero tener el valor para, cuando finalmente se large, mientras todo Buenos Aires consiga un respiro, salir a la calle, abrir los abrazos, cerrar los ojos, levantar la cara y dejarla mojarme. Y recuperar la lluvia, y con ella, pedacito a pedacito, recuperar mi alma...
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